La función más importante de la articulación del hombro es permitir la movilidad del brazo.
Pero, por diversas causas, a veces esta función se pierde, apareciendo lo que se le llama comúnmente como hombro congelado.
Lo podríamos explicar más fácil, es un hombro que ha perdido su movilidad habitual.
Te voy a explicar que situaciones pueden llevarnos a perder la movilidad, cómo tratarla y, lo más importante, cómo prevenirla.
Índice de contenidos
Qué situaciones pueden provocar una lesión de hombro congelado
La situación más habitual por la que se desarrolla una lesión de hombro congelado es porque el hombro ha dejado de moverse durante un periodo de tiempo suficiente.
Se que esto te puede parecer obvio, pero es realmente así. El cuerpo quita lo que no usa. Al igual que pasa con los músculos.
Una vez sabido esto, nos lleva a analizar las causas de por qué una persona deja de utilizar el hombro y su movimiento habitual.
Traumatismos sobre el hombro
Es la causa más habitual, tras un traumatismo en la articulación, que provoca dolor, tendemos a protegernos inmovilizando el brazo. A veces demasiado tiempo.
Si has tenido una fractura o una luxación (acromioclavicular o glenohumeral), haya requerido tratamiento quirúrgico o tratamiento conservador, se indica inmovilización.
Antes esos periodos se prolongaban hasta las 6 u 8 semanas, lo que traía consigo la aparición de rigidez de hombro con mucha frecuencia. Ahora los traumatólogos somos muy conscientes de este tema e intentamos disminuir lo máximo posible el tiempo de inmovilización.
De hecho, hay veces que se opta por un tratamiento quirúrgico de algunas lesiones con el principal objetivo de disminuir el tiempo de inmovilización y así disminuir las posibilidades de acabar con un hombro congelado.
Dolor de hombro sin traumatismo
Te voy a contar una situación más habitual de lo que crees.
Pacientes que comienzan con dolor de hombro, sin que haya ocurrido nada aparentemente, sobre todo con determinados gestos y al realizar movimientos concretos.
Si has leído otros artículos del blog, sabrás que la causa más frecuente de esta situación, es la tendinopatía del manguito de los rotadores.
Como esos gestos y movimientos son dolorosos, se dejan de hacer para que el hombro no duela. Cuando esto se alarga en el tiempo, ese rango de movilidad “se pierde”.
Y recuperarlo no suele ser tarea fácil.
Por eso es importante adelantarse a los acontecimientos, y cuando el hombro te duela, intenta solucionar el problema antes de que sea tarde.
Cómo se diagnostica una lesión de hombro congelado
Historia clínica: mecanismo compatible
Paciente que ha dejado de mover el hombro de forma habitual por una determinada causa y ahora nota “un tope” cuando intenta movilizarlo.
Exploración física
En esta exploración nos centramos en valorar el rango de movimiento de dos formas.
- Movilidad activa: esta es la movilidad que el paciente tiene por sí mismo.
- Movilidad pasiva: es la movilidad que consigue otra persona moviendo el brazo del paciente.
Y con la diferencia entre ambas tenemos la clave del diagnóstico.
Cuando un paciente no consigue una movilidad activa normal, pero la movilidad pasiva es completa, no estamos ante un caso de hombro congelado o rigidez. Habrá que investigar si existe alguna lesión del manguito rotador u otra causa que explique por qué el paciente no consigue movilizar el hombro correctamente.
Sin embargo, cuando la movilidad activa y pasiva coinciden, y están lejos de una movilidad considerada normal, podemos hacer el diagnóstico de rigidez de hombro.
Pruebas complementarias
El diagnóstico de esta lesión es principalmente mediante la exploración física, pero para completar el estudio y, sobre todo, para descartar lesiones en la anatomía que haya que reparar para poder recuperar la movilidad.
- Radiografía simple: Para descartar lesiones óseas, valorar desgaste de las articulaciones, etc.
- Resonancia magnética: la utilizaremos principalmente para comprobar que el manguito rotador no presenta lesiones anatómicas que impidan que el paciente sea capaz de recuperar la movilidad activa.
En muchos casos de rigidez de hombro, se aprecia en esta prueba una inflamación de la cápsula de la articulación (CAPSULITIS).
Pero, quédate con esto.
No siempre que encontremos una capsulitis estamos ante un hombro congelado. Recuerda que el diagnóstico lo marca la diferencia entre la movilidad pasiva y la activa.
Cómo se trata una lesión de hombro congelado
Ahora que ya sabes cómo se produce y cómo diagnosticamos un hombro congelado, llega la hora de ver cómo solucionar esta situación.
Tratamiento conservador
El tratamiento conservador es el tratamiento inicial, y en la mayoría de casos, el único necesario para resolverlo.
La base, como casi siempre en las cosas del aparato locomotor, es la fisioterapia.
Para los casos más leves, un plan de trabajo con ejercicios asistido por un fisioterapeuta suele ser suficiente.
Para casos más rebeldes, o con mayor limitación de la movilidad, es frecuente que se asocien algunos gestos como infiltraciones o incluso movilizaciones de la extremidad.
Tratamiento quirúrgico
Si después de realizar el tratamiento fisioterápico no conseguimos un arco de movilidad suficiente, pasamos a las opciones que nos dan los tratamientos invasivos.
Tenemos dos opciones de tratamiento en este escalón:
- Movilización bajo anestesia: este procedimiento consiste en realizar una anestesia (sedación) al paciente, mientras el médico realiza una movilización del brazo en todo su recorrido. El objetivo es romper todas las adherencias y posibles cicatrices que se han producido y que estaban limitando la movilidad. Si se consigue, se recomienda realizar un tratamiento fisioterápico intensivo en las semanas posteriores para recuperar el mayor movimiento posible.
- Tratamiento quirúrgico: Cuando todo lo anterior no ha funcionado nos queda la cirugía como último recurso. Esta cirugía tiene un nombre propio y se llama artrolisis. El objetivo es eliminar todas esas adherencias que se han producido y debilitar la cápsula de la articulación (la cual suele estar engrosada en la mayoría de casos) para terminar realizando una movilización recuperando el arco total de movimiento. Esta cirugía puede realizarse mediante una herida (abordaje abierto) o de forma percutánea utilizando la artroscopia. Tras ella, un periodo de varias semanas de rehabilitación intensiva es clave para conseguir el mejor resultado posible.
Los plazos de recuperación son variables dependiendo de la gravedad de la lesión, variando aproximadamente entre 2 y 4 meses tras la cirugía.
Conclusiones y recomendaciones
La pérdida de movilidad del hombro es una situación muy limitante y que debe tratarse de forma enérgica.
El mejor tratamiento es evitar su aparición y para ello debemos hacer todo lo posible por evitar periodos largos de inmovilización.
Cuando aparece dolor en el hombro que limita la movilidad sin causa aparente, debemos intentar averiguar la causa rápidamente, y continuar moviendo el brazo en el máximo recorrido que podamos.
Y si ya tienes un hombro congelado, te recomiendo que no lo dejes más tiempo. Cuanto más tardemos en tratarlo, más difícil será conseguir recuperar lo perdido.
PD1. Y si te has quedado con alguna duda, pregunta en los comentarios.
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