Doctor Miguel Romero
lesión del manguito rotador

Lesión del manguito rotador. Guía práctica.

Una de las causas más habituales de dolor de hombro (con o sin traumatismo) en la población general es la lesión del manguito de los rotadores.

En este artículo te voy a explicar qué es el manguito de los rotadores, qué lesiones se pueden producirse y cómo solucionarlas de forma que puedas volver a realizar tu actividad habitual.

Índice de contenidos

Qué es y que función tiene el manguito de los rotadores

El manguito de los rotadores es el nombre que se le da a un conjunto de tendones encargados de dar movilidad al hombro a la vez que estabilidad.

Concretamente son 4: subescapular, supraespinoso, infraespinoso y redondo menor

Como te decía, su principal función es hacer que el hombro de forma segura. Para ello es importante que estén equilibrados, de forma que la cabeza humeral se encuentre bien centrada en todo el movimiento.

Debido a diferentes causas, este equilibrio puede verse alterado, provocando distintas lesiones en los propios tendones o incluso en la articulación del hombro en sí.

manguito rotador

Que lesiones pueden producirse en el manguito de los rotadores

Muchas de las acciones que realizamos en el día a día de forma continua o movimientos repetitivos en nuestro puesto de trabajo pueden producir desequilibrios en el manguito de los rotadores.

También determinados gestos bruscos o malas posturas mantenidas.

E incluso si practicamos alguna actividad deportiva asimétrica (como pádel, tenis…).

Todas estas situaciones pueden llevar a un dolor de hombro por lesión en el manguito de los rotadores

La lesión más frecuente es la tendinitis.

Es la fase inicial de la lesión, y por ahora, no es más que una inflamación de uno o más tendones del manguito rotador.

En el caso de que no se corrija la causa que ha provocado esta inflamación y no la tratemos adecuadamente, la lesión ira progresando y la anatomía del tendón ira empeorando.

En esta segunda fase pueden aparecer las famosas calcificaciones, que tan dolorosas son.

Todo esto hace que la resistencia del tendón vaya disminuyendo y con un determinado movimiento (a veces brusco, otras no tanto) se provoca la rotura del propio tendón.

La rotura de uno o más tendones del manguito rotador, aumentará la situación de desequilibrio. El movimiento del hombro ya no será estable y puede provocar lesiones en la propia articulación (lesiones de cartílago, mayor facilidad para que se produzca una luxación…)

Ahora que sabes cómo se producen estas lesiones, te explico como las diagnosticamos y, lo más importante, que podemos hacer para tratarlas.

Cómo se diagnostica una lesión en el manguito de los rotadores

Historia clínica

El síntoma más habitual de una lesión del manguito de los rotadores es el dolor.

Puede ser leve o en ocasiones muy intenso. A veces el dolor aparece antes de que seamos capaces de ver con nuestras pruebas una alteración de la anatomía del tendón.

Puede ser continuo, muchas veces aumenta por las noches o puede que aparezca con determinados movimientos.

Utilizaremos el dolor como síntoma guía para ver si los tratamientos que indicamos están funcionando.

Exploración física

En la exploración física de un hombro doloroso tenemos que explorar 3 cosas:

  • Movilidad: valorar si el paciente es capaz de realizar el movimiento completo o tiene alguna limitación.
  • Estabilidad: ver si el hombro permanece en su sitio durante el movimiento o por el contrario, tiene tendencia a dislocarse.
  • Maniobras dolorosas: realizaremos determinados gestos que ponen a prueba los distintos tendones.

Con esto podemos hacernos una idea aproximada de la lesión.

Por ejemplo, un paciente con movilidad completa, pero con dolor al levantar el brazo de lateral, podemos sospechar una tendinitis del tendón supraespinoso.

exploración de lesión manguito rotador

Pruebas complementarias

Una vez concluida la exploración y según las sospechas que tengamos, solicitaremos algunas pruebas para confirmar las lesiones en el manguito rotador

  • Radiografía simple: sobre todo indicada en dolor tras traumatismo y gesto brusco. Además de descartar posibles lesiones en el hueso (como fracturas), nos da una idea general de cómo se encuentra el hombro (posible desgaste, calcificaciones, etc). Sobre ella podemos hacer mediciones para determinar el grado de luxación acromioclavicular y así realizar una primera aproximación al tratamiento más adecuado.
  • Ecografía: muy útil para una valoración inicial y para ver lesiones importantes en el manguito rotador. Tiene la ventaja de que puede ver cómo se comportan los tendones con el movimiento. En contra, no tiene tanta precisión como la resonancia magnética y es habitual que lesiones parciales de los tendones pasen desapercibidas.
  • Resonancia magnética: es la prueba de elección y la más habitual para confirmar las lesiones del manguito rotador. Tiene una fiabilidad bastante alta y además de valorar las posibles lesiones de los tendones, también es capaz de detectar lesiones asociadas dentro de la articulación (labrum, lesiones de cartílago…).

En casos dudosos puede realizarse utilizando contraste dentro de la articulación (artro-resonancia) aumentando aún más su precisión.

A pesar de la alta fiabilidad de las pruebas complementarias, no debemos “creerlas” a ciegas. Tiene que haber coherencia con lo que el paciente nos cuenta y lo que vemos en la exploración física.

tratamiento de lesión manguito rotador

Tratamiento de las lesiones del manguito rotador

Una vez tenemos el diagnóstico de la lesión, ya podemos planificar como la vamos a tratar.

En líneas generales podemos definir tres escalones de tratamiento.

Tratamiento conservador: fisioterapia

Es el escalón inicial. Prácticamente todos los pacientes empiezan por aquí.

Los objetivos son bajar la inflamación inicial, recuperar el movimiento completo y detectar posibles desequilibrios y ponerles remedio mediante determinados ejercicios.

En la mayoría de casos en los que el diagnóstico es una tendinitis (inflamación del tendón sin rotura) no suele ser necesario pasar a los siguientes escalones.

Incluso en algunos casos, a pesar de tener confirmadas roturas tendinosas, el tratamiento fisioterápico es capaz de quitar el dolor y recuperar la movilidad del hombro, por lo que el paciente puede volver a su actividad habitual sin necesidad de otros tratamientos.

Tratamientos invasivos

En los casos en los que tras completar el tratamiento fisioterápico el paciente no ha conseguido eliminar el dolor o recuperar el movimiento, pasamos a la fase de tratamientos invasivos.

Infiltraciones: es el segundo escalón de tratamiento, indicadas en pacientes donde predomina la clínica de inflamación y en aquellos que no presentan lesiones graves de los tendones.

Habitualmente las recomendamos en casos de pacientes con tendinitis o con roturas parciales de algún tendón del manguito rotador.

Hasta hace no mucho, la única opción era realizar infiltraciones con corticoides (potente fármaco antiinflamatorio). Tenían una buena efectividad, pero un efecto secundario importante y que debemos tener en cuenta. Si se realizan con cierta frecuencia pueden llegar a debilitar el tendón, aumentando el riesgo de rotura.

Pero hace unos años apareció, sobre todo en el ámbito de la medicina deportiva, las famosas infiltraciones con plasma rico en plaquetas (prp, prgf, son algunos de sus nombres).

En estudios realizados parecen ser igualmente efectivas, con la ventaja de que, al estar basadas en el plasma del propio paciente, no tienen efectos secundarios.

En mi experiencia es una buena opción en pacientes jóvenes (la edad es solo un número) diagnosticados de tendinitis/tendinopatías sin rotura.

Tratamiento quirúrgico

Cuando los tratamientos anteriores no han dado el resultado deseado, o en casos de lesiones completas de tendones tras un traumatismo o gesto brusco, pasamos al último escalón: la cirugía.

El objetivo del tratamiento es reparar las lesiones anatómicas diagnosticadas para restablecer el equilibrio en el hombro y restaurar su función.

Tenemos dos técnicas posibles:

Cirugía abierta

Mediante una herida en la zona anterior y lateral del hombro, se realiza una reparación directa de los tendones del manguito rotador.

Aunque es la técnica clásica, a día de hoy se sigue utilizando por aquellos traumatólogos que no se sienten cómodos con las técnicas mínimamente invasivas (artroscopia).

Además de la herida necesaria para reparar los tendones, en mi opinión tiene un segundo inconveniente. Es difícil valorar y reparar en muchos casos las posibles lesiones que existan dentro de la articulación.

Artroscopia de hombro

Consiste en mediante unas pequeñas incisiones (<5mm) introducir una cámara dentro del hombro para hacer un diagnóstico preciso tanto de las lesiones tendinosas como del estado de la propia articulación.

Mediante estas mínimas incisiones también es posible realizar la reparación de prácticamente todas las lesiones halladas.

Todo esto conlleva una serie de ventajas respecto a la técnica de cirugía abierta:

  • Menor agresión
  • Mayor precisión en el diagnóstico de las lesiones
  • Posibilidad de reparar prácticamente todas las lesiones encontradas
  • Postoperatorio rápido y con menos complicaciones (habitualmente 24 horas de ingreso)

recuperación lesión manguito rotador

Los plazos de recuperación son variables dependiendo del grado de lesión. Habitualmente oscilan entre los 4 y los 6 meses.

La recuperación se inicia con una inmovilización con cabestrillo durante 3 semanas aproximadamente, seguido de un programa de rehabilitación específico con el doble objetivo de recuperar movilidad y fuerza del brazo lesionado.

Conclusiones y recomendaciones

Las lesiones del manguito rotador son la principal causa de dolor en el hombro, ya sea con traumatismo o sin él.

Ante un dolor que no cede con reposo en 2/3 semanas, es recomendable ser valorado por un especialista para realizar un diagnóstico y poner tratamiento.

Las pruebas complementarias son, como su nombre indica, complementarias. No creas a ciegas el informe de una resonancia magnética sin haberlo comentado con tu traumatólogo.

Un tratamiento guiado por un especialista, ajustado a las lesiones y a la evolución del paciente, es la mejor herramienta para recuperar tu actividad habitual.

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