Doctor Miguel Romero
lesión ligamento colateral interno

Lesión del ligamento colateral interno

Una de las lesiones más frecuentes que puede ocurrir tras un traumatismo de rodilla es la lesión del ligamento colateral interno.

Es una lesión importante, que suele asociarse con bastante frecuencia a lesiones de menisco o de otros ligamentos, agravando así sus posibles consecuencias.

Sin embargo, es un ligamento con gran capacidad de cicatrización. Por eso, si se diagnostica pronto y se hace un buen tratamiento, el porcentaje de éxito del manejo conservador es muy alto.

Como te decía es frecuente encontrar lesiones de otras estructuras. Por ello es importante realizar una buena exploración, para así trazar el plan de recuperación adecuado.

Índice de contenidos

Qué es y que función tiene el ligamento colateral interno

El ligamento colateral interno es uno de los principales estabilizadores de la rodilla. Se encuentra situado en la parte interna de la rodilla. Realmente es un complejo de ligamentos formado por el ligamento colateral medial (a su vez tiene dos fascículos: superficial y profundo) y el ligamento oblicuo posterior.

Todos estos fascículos saltan desde la zona interna de la tibia hasta el cóndilo femoral interno.

Su función es impedir que la rodilla se vaya hacia dentro cuando apoyamos la pierna.

Cuando hay que sospechar una lesión del ligamento colateral interno

Como te decía en el apartado anterior, la principal función del ligamento colateral interno es impedir que la rodilla colapse hacia interno al cargar peso en la pierna. Por eso, existen dos principales mecanismos por los cuales se lesiona este ligamento.

El primero es por un traumatismo directo en la parte lateral de la rodilla. Por ejemplo, en una patada durante un combate de artes marciales o en un atropello coche-peatón.

Esto provoca un movimiento brusco de apertura interna de la rodilla, con el consecuente daño al ligamento. Este mecanismo suele provocar lesiones aisladas del ligamento.

El otro mecanismo es el más común es las lesiones ligamentarias de rodilla. Se trata de un giro brusco de rodilla con el pie fijo acompañado de una apertura interna (valgo forzado). Este segundo mecanismo genera lesiones más graves, responsable de esa gran mayoría de casos en los que se daña más de un ligamento (con frecuencia el ligamento cruzado anterior) o se asocian lesiones meniscales.

ligamento colateral interno

Cómo se diagnostica una lesión del ligamento colateral interno

Seguimos el proceso habitual de diagnóstico:

Historia clínica: mecanismo compatible

En esta primera etapa preguntamos qué es lo que ha ocurrido, con los máximos detalles posibles para orientar los siguientes pasos. En este caso, preguntaremos si ha existido un golpe directo sobre la pierna, o algún mal gesto, giro brusco, etc.

Exploración física:

Realizamos una exploración física completa de la rodilla, valorando movilidad, posible presencia de líquido intraarticular (muy sugestivo de lesiones ligamentosas tras un traumatismo).

Una vez realizada la exploración general, realizamos maniobras específicas para las principales estructuras de la rodilla: meniscos y ligamentos.

Concretamente, para el ligamento colateral interno, la principal maniobra es realizar un valgo forzado. Esto debe realizarse tanto con la rodilla extendida como semiflexionada, explorando así los distintos fascículos que lo componen.

Pruebas complementarias

Una vez descartadas lesiones óseas con una radiografía simple, y teniendo alta sospecha de lesión del ligamento colateral interno, solicitaremos fundamentalmente:

  • Resonancia magnética: la prueba de elección para el diagnóstico de lesiones ligamentosas y meniscales. En las primeras 3-4 semanas, la prueba consigue detectar los casos con mayor fiabilidad que si se realiza tras este periodo. De ahí la importancia de diagnosticar la lesión en las primeras semanas. Nos permitirá confirmar la lesión y descartar la afectación de los meniscos u otros ligamentos.
    resonancia ligamento colateral interno
  • Radiografías en estrés: consiste en realizar una radiografía a la vez que se hace la maniobra de valgo forzado. Debe realizarse tanto en la pierna lesionada como en la sana, ya que cada persona tiene una firmeza en los ligamentos y se debe comparar la diferencia entre ambas. No suele realizarse de forma rutinaria. Se reserva para casos dudosos o en los que hay lesiones de múltiples ligamentos.

Tratamiento de las lesiones de ligamento colateral interno

Vamos a ver cuáles son los principales factores que nos hacen decantarnos por un tratamiento conservador o por la cirugía para la resolución de estas lesiones.

Tratamiento conservador

Es el tratamiento más habitual en las lesiones parciales del ligamento colateral interno y lesiones completas aisladas.

Consiste en recuperar la rodilla mediante protocolos de fisioterapia específicos, mientras que disminuimos la carga sobre dicha pierna durante las primeras semanas.

Es bastante discutible si es necesario inmovilizar la rodilla en extensión. La inmovilización tiene consecuencias negativas como pérdida de masa muscular y rigidez de la articulación.

Mi experiencia con este tipo de lesiones es positiva simplemente disminuyendo la carga (parcial o totalmente dependiendo del grado de lesión) y dejando la movilidad libre para así poder iniciar cuanto antes la fisioterapia dirigida.

Al reintroducir la carga, hacerlo con una rodillera articulada con flejes laterales como ésta, es de gran utilidad. Sobre todo, si te han recomendado inmovilizar la rodilla, o directamente te han puesto una escayola desde el muslo hasta el pie.

El tratamiento suele oscilar entre las 6 y las 12 semanas en función del grado de lesión.

Al finalizar el mismo, se recomienda repetir la exploración para comprobar que la rodilla vuelve a ser estable.

Tratamiento quirúrgico

Se reserva para los casos donde el tratamiento conservador ha fracasado o para los casos con afectación multiligamentaria.

Hay varias técnicas de reparación. Las más utilizadas son las reconstrucciones anatómicas con plastia de donante.

Lo ideal es estar formado en varias de estas técnicas y así poder utilizar la que mejor se adapte según el caso.

Una vez terminado el procedimiento, comprobamos que la rodilla vuelve a ser estable, y que ha recuperado su movilidad normal.

Los plazos de recuperación son muy variables dependiendo de las lesiones encontradas. Pero van habitualmente entre los 6 y los 12 meses.

conclusiones sobre el ligamento colateral interno

Conclusiones y recomendaciones

Las lesiones del ligamento colateral interno son frecuentes y habitualmente de buen pronóstico, pero no por ello debemos quitarle importancia.

Deben diagnosticarse lo antes posible, para aumentar las posibilidades de éxito del tratamiento conservador y evitar así tener que recurrir a procedimientos quirúrgicos.

Como siempre, un programa de recuperación específico y guiado es clave para que el resultado sea bueno.

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