Doctor Miguel Romero
Sutura meniscal

¿Coser o recortar? ¿Qué es la sutura meniscal?

En este artículo comentaremos qué es la sutura meniscal y en qué ocasiones está recomendado realizarla.

Hablábamos en artículos anteriores de las lesiones más frecuentes que pueden producirse en los meniscos, concretamente aquí.

Una vez que has entendido cómo se producen y que implicaciones tienen para el funcionamiento de tu rodilla, podemos meternos a temas que generan debate entre nosotros (los traumatólogos) y dudas en muchos de vosotros.

Índice de contenidos

Cuando está recomendado operar un menisco

La gran mayoría de lesiones meniscales se pueden resolver con tratamiento conservador: básicamente con reposo relativo, determinados ejercicios e idealmente apoyados en un tratamiento fisioterápico dirigido.

Pero hay situaciones en las que esto no es suficiente.

Las principales indicaciones del tratamiento quirúrgico de los meniscos son:

  • Fracaso del tratamiento conservador: si no mejoras tras 4-6 semanas del traumatismo y sigues con dolor o con inflamación o derrame en tu rodilla conviene valorar realizar un tratamiento quirúrgico
  • Determinadas lesiones meniscales: hay lesiones de menisco que, por su importancia, está recomendado operar de entrada para aumentar las posibilidades de reparación. Algunas de ellas son:
    • Lesiones en asa de cubo, que pueden llegar a bloquear tu rodilla
    • Lesiones de la raíz meniscal, que afectan al funcionamiento completo del menisco.

Quédate con la idea de que tras un giro de rodilla que te provoque dolor y limitación importante, lo primero es diagnosticar la lesión.

Una vez le pongamos nombre, salvo los casos que te he comentado arriba, se optará por un tratamiento conservador. En caso de que éste no sea suficiente, probablemente merezca la pena realizar un tratamiento quirúrgico.

Qué tipos de tratamiento quirúgico existen

Antes de meternos en faena, y aunque supongo que lo sabrás, te recuerdo que la técnica empleada para el tratamiento de estas lesiones es la artroscopia.

Consiste en, mediante unas pequeñas incisiones <5mm en los laterales de tu rodilla, introducir una cámara y el instrumental necesario para diagnosticar y tratar las posibles lesiones encontradas en los meniscos y algunas otras estructuras como los ligamentos cruzados.

Una vez dentro, y viendo que lesiones tienes, tenemos dos opciones: recortar o reparar el menisco.

He ahí el quid de la cuestión.

Recortar el menisco: meniscectomía parcial

Es el tratamiento más frecuentemente utilizado. Consiste en eliminar la parte del menisco dañada siempre que no pueda repararse.

Hace unos años el tratamiento de estas roturas consistía en quitar el menisco completo. Eso trajo como consecuencia desgaste de la articulación a edades tempranas, por lo que dicha técnica está descartada.

En su lugar, el objetivo de este procedimiento es recortar única y exclusivamente la parte dañada, dejando la mayor cantidad de menisco posible, para que siga trabajando y protegiendo al cartílago (nuestro principal objetivo)

recortar menisco

Reparar el menisco: la sutura meniscal

La sutura meniscal es el nombre que se la ha puesto a la técnica de reparar el menisco.

Consiste en aproximar mediante distintos procedimientos los bordes de la rotura, estabilizando al menisco en su conjunto, con el objetivo de que tu cuerpo sea capaz de cicatrizar la rotura (como una herida en la piel).

Existen varias técnicas para hacerlo, dependiendo del tipo de rotura y de donde se sitúe la lesión.

Como hemos comentado anteriormente, la preservación del menisco es muy importante y siempre que se pueda deberíamos intentar repararlo.

Como el menisco es un tejido al que le llega poca sangre, es importante una vez suturado, realizar una recuperación cuidadosa, que variará en función de que lesión tengas y la técnica utilizada.

Aun haciendo las cosas lo mejor posible, en un porcentaje de casos variable (entre un 20 y un 40% según los estudios), el cuerpo no consigue cicatrizar el menisco.

Por eso es importante intentar seleccionar bien los casos para evitar posibles reintervenciones.

Te cuento en qué tipos de lesión podría estar indicada una sutura meniscal

¿Cuándo está indicado la sutura meniscal?

Lesiones en asa de cubo

En estas lesiones se afecta una gran parte del menisco. La zona dañada, pivota sobre los anclajes del menisco, comportándose como el asa de un cubo, de ahí su nombre.

Son lesiones que en muchas ocasiones se asocian con una rotura del ligamento cruzado anterior, lo que hace necesario reparar ambas lesiones al mismo tiempo.

Además, está comprobado que si se realiza una sutura meniscal a la vez que se repara el ligamento cruzado anterior, la tasa de éxito de la sutura aumenta de forma muy importante.

Los meniscos y el ligamento cruzado anterior se ayudan mutuamente, por lo que tratarlos de forma conjunta hará que el resultado de tu lesión mejore notablemente.

Lesiones oblicuas/radiales

Estas lesiones dividen al menisco en dos, sobre todo cuando son completas. Provocan una alteración muy importante en su función.

De ahí que siempre que sea posible tenemos que intentar repararlas.

Estas lesiones, una vez suturadas, hay que cuidarlas de forma especial ya que la carga les dificulta la cicatrización. Por ello es habitual que tras su reparación se recomiende no apoyar la pierna operada durante unas 4-6 semanas.

Lesiones de la rampa meniscal

Este tipo de rotura está muy de moda en el mundo de los traumatólogos.

La rampa meniscal es la parte del menisco que se une a la cápsula en la parte posterior de la rodilla.

Hasta hace poco, en la artroscopia habitual no se miraba en la parte posterior de la rodilla, por lo que estas lesiones pasaban desapercibidas.

Estas lesiones aparecen frecuentemente en rodillas en las que hay una lesión ligamentosa (sobre todo del cruzado anterior) que no ha sido reparada.

En otros artículos como éste te comentaba las consecuencias de no reparar una lesión de ligamentos.

Esta parte del menisco está muy bien vascularizada, por lo que la sutura meniscal tiene altas probabilidades de éxito, sobre todo si se corrigen el resto de lesiones de la rodilla.

lesión de la rampa

Lesiones de la raiz meniscal.

Las raíces del menisco son los anclajes que éste tiene al hueso. Cada menisco tiene una raíz anterior y una raíz posterior.

Las que se lesiones con mayor frecuencia son las raíces posteriores: la del menisco interno en contexto de lesiones degenerativas y la del menisco externo en lesiones traumáticas (frecuentemente asociadas a lesiones de ligamentos).

Si se lesionan, el menisco deja de funcionar correctamente, dejando a la rodilla en una situación parecida a si no estuviera el menisco.

Por ello es muy importante detectar estas lesiones e intentar repararlas.

Hay varias técnicas en las que no entraremos en detalle, pero quédate de la idea de que son de las lesiones más graves que puede tener un menisco y que hay que intentar repararlas en la medida de lo posible

Recuperación tras una sutura meniscal

Debido a la gran variedad de lesiones meniscales candidatas a reparación, no hay un protocolo general. Hay que individualizar cada caso para aumentar las posibilidades de curación.

Principalmente se actúa sobre dos factores:

  • Arco de movilidad. Es habitual limitar el rango de movimiento de la rodilla en las primeras semanas, sobre todo en lesiones que afectan a la parte posterior del menisco. A partir de 90º de flexión de rodilla la zona posterior del menisco interno empieza a sobrecargarse. En el menisco externo es algo antes a unos 70º. De ahí la importante de proteger ese movimiento durante las primeras 2-3 semanas.
  • Carga en la extremidad operada. Como comentábamos en secciones anteriores a algunas de estas lesiones la carga le perjudica, como a las roturas oblicuas o radiales.

Por eso es habitual que tras una sutura meniscal se recomiende no apoyar la pierna operada durante las primeras semanas.

Síntomas de fracaso de una sutura meniscal

Aunque suene mucho mejor eso de reparar el menisco en lugar de recortarlo, la realidad es que no todas las suturas meniscales consiguen la curación del menisco.

Se habla de que hasta en un 30-40% de los casos la sutura no consigue su objetivo, lo que obliga a realizar una segunda cirugía para recortar la parte del menisco no cicatrizada.

Los principales síntomas que nos pueden hacer pensar que nuestro menisco no ha curado son el dolor persistente más allá de los 3 meses postcirugía y la presencia de líquido dentro de la articulación de forma recurrente.

En muchas ocasiones tras una cirugía en la que la evolución no es satisfactoria, es habitual solicitar una prueba de imagen (habitualmente una resonancia magnética) de control.

Aunque son una buena herramienta, en pacientes ya intervenidos dan muchas señales inespecíficas.  Es difícil de diferenciar cicatrización, de inflamación o de una imagen de rotura, por lo que deben interpretarse en conjunto con los síntomas que tenga el paciente.

Conclusiones finales

La idea de este artículo es concienciarte sobre la importancia de los meniscos en la rodilla, y por qué siempre que podamos, tenemos que intentar repararlos.

No siempre es posible, de hecho, en la mayoría de casos el tratamiento más adecuado es recortar el menisco lo justo y necesario para solucionar el problema.

La decisión final, se toma en la propia cirugía. Una vez se ha identificado la lesión y valorados los pros y los contras de cada tratamiento.

Si te has quedado con alguna duda, pregunta en los comentarios.

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