Doctor Miguel Romero
lesión de ligamento cruzado

Lesión de ligamento cruzado posterior de rodilla. Guía completa.

Una de las lesiones más importantes que puede ocurrir tras un traumatismo de rodilla es la lesión del ligamento cruzado posterior.

Es una lesión grave y que puede tener importantes repercusiones para el futuro de tu rodilla si no se trata de forma correcta.

Los estudios han demostrado que, en la gran mayoría de los casos (un 75% aproximadamente), esta lesión se acompaña de lesiones de otros ligamentos. Esto agrava la lesión y empeora el pronóstico.

Por eso es importante un buen diagnóstico y tratamiento global de la lesión.

Índice de contenidos

Qué es y que función tiene el ligamento cruzado posterior

El ligamento cruzado posterior es uno de los principales estabilizadores de la rodilla. Se encuentra situado en la parte central y posterior de la rodilla. Su trayecto va desde la zona posterior de la meseta tibial hasta la pared del cóndilo femoral interno.

Es un ligamento muy fuerte, de forma cilíndrica en la mayor parte de su recorrido y con una amplia inserción en abanico en el fémur. Por ello, para lesionarlo, hay que sufrir un traumatismo de alta energía.

Su función es impedir que la tibia se vaya hacia atrás con respecto al fémur.

No es el único en realizar esta función, aunque si el principal. Los músculos de la parte anterior del muslo (cuádriceps) le ayudan a realizar su trabajo.

Por eso se recomienda fortalecer dicha musculatura cuando hay lesiones de este ligamento.

RMN LCP normal

Cuando hay que sospechar una lesión del ligamento cruzado posterior

Como te decía en el apartado anterior, la principal función del ligamento cruzado posterior es impedir que la tibia se vaya hacía atrás con respecto al fémur. Por eso existen dos principales mecanismos por los cuales se lesiona este ligamento.

El primero es por un traumatismo frontal en la parte anterior de la pierna (por ejemplo, en un accidente de tráfico donde la pierna choca contra el salpicadero).

Esto provoca un movimiento brusco de la tibia hacia atrás, con el consecuente daño al ligamento. Este mecanismo suele provocar lesiones aisladas del ligamento.

El otro mecanismo es el más común es las lesiones ligamentarias de rodilla. Se trata de un giro brusco de rodilla con el pie fijo. Este según mecanismo genera lesiones más graves, responsable de esa gran mayoría de casos en los que se daña más de un ligamento.

Como se diagnostica una lesión del ligamento cruzado posterior

Seguimos el proceso habitual de diagnóstico:

Historia clínica: mecanismo compatible

En esta primera etapa preguntamos qué es lo que ha ocurrido, con los máximos detalles posibles para orientar los siguientes pasos. En este caso, preguntaremos si ha existido un golpe directo sobre la pierna, o algún mal gesto, giro brusco, etc.

RX Estrés LCP

Exploración física

Realizamos una exploración física completa de la rodilla, valorando movilidad, posible presencia de líquido intraarticular (muy sugestivo de lesiones ligamentosas tras un traumatismo).

Una vez realizada la exploración general, realizamos maniobras específicas para las principales estructuras de la rodilla: meniscos y ligamentos.

Concretamente, para el ligamento cruzado posterior, existen dos maniobras exploratorias muy características:

  • Cajón posterior: con la rodilla a 90º empujaremos la tibia hacia atrás para comprobar el desplazamiento que se produce. En un ligamento sano, la tibia no debería desplazarse. Sin embargo, en uno lesionado, notaremos que somos capaces de desplazar la tibia.
  • Pivot reverso: con la rodilla flexionada realizamos una extensión, rotación externa y valgo forzados y, si es positiva, la tibia hará un “salto” con respecto al femur.
  • Caída de la tuberosidad tibial: con ambas caderas y rodillas flexionadas a 90º, observaremos como la pierna lesionada presenta menor relieve en la tuberosidad tibial anterior.

Existe alguna maniobra más como Dial test a 90º, frecuentemente positivo en lesiones con afectación de más de un ligamento, pero con las tres destacadas, podemos tener una alta sospecha de lesión de este ligamento.

Y con esta información, pasamos a la siguiente fase.

tuberosidad tibial caída

Pruebas complementarias

Una vez descartadas lesiones óseas con una radiografía simple, y teniendo alta sospecha de lesión de un ligamento cruzado posterior, solicitaremos fundamentalmente dos pruebas:

  • Resonancia magnética: la prueba de elección para el diagnóstico de lesiones ligamentosas y meniscales. En las primeras 3-4 semanas, la prueba consigue detectar los casos con mayor fiabilidad que si se realiza tras este periodo. De ahí la importancia de diagnosticar la lesión en las primeras semanas.
  • Radiografías en estrés: consiste en realizar una radiografía a la vez que se hace la maniobra de cajón posterior.

Debe realizarse tanto en la pierna lesionada como en la sana, ya que cada persona tiene una firmeza en los ligamentos y se debe comparar la diferencia entre ambas.

Ahora ya tenemos todos los datos para afinar el diagnóstico, veamos que situaciones podemos encontrarnos:

Tipos de lesión del ligamento cruzado posterior

Lesión parcial del ligamento cruzado posterior

Como te decía antes, el ligamento cruzado posterior es una estructura muy fuerte, por lo que en muchas ocasiones sufre lesiones parciales, es decir, roturas incompletas.

Como habrás supuesto, la lesión parcial tiene mejor pronóstico que la lesión completa y en la mayoría de casos si se diagnostica a tiempo (preferentemente en las primeras 3 semanas tras el traumatismo), puede tratarse de forma conservadora y así, evitar una cirugía.

Lesión completa del ligamento cruzado posterior

La lesión completa del ligamento cruzado posterior es una lesión grave y con unas repercusiones importantes. En la mayoría de casos, cuando se producen, el paciente nota inseguridad en su rodilla.

Siempre que diagnostiquemos una lesión completa, debemos prestar especial atención al resto de ligamentos, ya que, como hablábamos antes, en la mayoría de casos habrá alguna lesión adicional.

Salvo excepciones, el tratamiento recomendado en estas lesiones es la cirugía. Sobre todo, en pacientes con vida activa y de edad menor a 50 años.

En pacientes de más edad, sin sensación de fallo y con una vida no tan activa, el tratamiento conservador también es una opción a valorar.

Lesiones asociadas a la rotura del ligamento cruzado posterior

Cuando además de la lesión del ligamento cruzado posterior, se asocia lesión del ligamento cruzado anterior y/o a alguno de los ligamentos colaterales, hablamos de una lesión multiligamentaria de rodilla.

Estas lesiones son graves, incapacitantes y de mal pronóstico si no se diagnostican bien y se tratan de forma conjunta. El equilibrio entre los ligamentos de la rodilla es lo que proporciona la estabilidad necesaria para su buen funcionamiento.

Son lesiones complejas, tanto desde el punto de vista diagnóstico, como en el tratamiento. Requieren de una planificación cuidadosa y de un equipo médico con experiencia para intentar conseguir la mejor recuperación posible

Como en toda lesión de rodilla, sobre todo con giro, también es frecuente encontrar lesiones de meniscos o de cartílago, que deben ser valoradas y tratadas conjuntamente con las lesiones de ligamentos.

Tratamiento de las lesiones de ligamento cruzado posterior

Vamos a ver cuáles son los principales factores que nos hacen decantarnos por un tratamiento conservador o por la cirugía para la resolución de estas lesiones.

Tratamiento conservador

Es el tratamiento más habitual en las lesiones parciales del ligamento cruzado posterior y algunas lesiones completas aisladas.

Consiste en recuperar la rodilla mediante protocolos de fisioterapia específicos, potenciando a los ayudantes de ligamento cruzado posterior (como el músculo cuádriceps).

Lo ideal, sobre todo en los casos de lesiones en los que las maniobras de cajón posterior son positivas, es utilizar una rodillera de cajón anterior dinámico.

¿Y qué es ese cacharro?

Es una rodillera que, en la parte de atrás tiene un tope. Ese tope, permite colocar la tibia en su sitio y mantenerla, aunque andes, la dobles o la estires.

El inconveniente es que tiene un precio algo elevado, por eso en los casos más leves verás que no se utiliza, pero es altamente recomendable en casos con cierta sensación de inestabilidad y, sobre todo, en casos de rotura completa.

También es muy recomendable utilizarla en los casos donde se indique la cirugía, en el periodo postoperatorio. Se ha visto que consigue mejorar los resultados del proceso.

rodillera LCP

Tratamiento quirúrgico

Es el tratamiento indicado en la mayoría de casos con lesión completa y en aquellos casos con lesiones asociadas de otros ligamentos (lesiones multiligamentarias)

Una vez que se rompe el ligamento cruzado posterior no es reparable, por lo que el proceso que se realiza es una reconstrucción.

Para ello necesitamos una plastia (el tejido con el que realizamos la reconstrucción). La plastia puede provenir del mismo paciente o de un tejido de donante.

Hay varias opciones. Las más utilizadas son las plastias de donante (sobre todo en lesiones multiligamentarias de rodilla), aunque también se pueden utilizar los tendones isquiotibiales del paciente.

Lo ideal es estar formado en varias de estas técnicas y así poder utilizar la que mejor se adapte según el caso.

Para reconstruirlo, se realizan unos túneles en el lugar de sus anclajes anatómicos en fémur y tibia. Todo ello se hace mediante artroscopia: a través de unos portales (incisiones en la piel <1cm), introducimos una cámara y el instrumental necesario para realizar el procedimiento.

Una vez terminado el procedimiento, comprobamos que la rodilla vuelve a ser estable, y que ha recuperado su movilidad normal.

La recuperación tras la cirugía se prolonga habitualmente entre los 6 y 12 meses en función de las características de la lesión. Los primeros 4-6 meses se recomienda utilizar la rodillera de la que hemos hablado anteriormente.

Conclusiones y recomendaciones

Las lesiones del ligamento cruzado posterior son relativamente frecuentes y pueden llegar a provocar daños importantes en la articulación de la rodilla.

Deben diagnosticarse lo antes posible, para tomar la decisión de tratamiento adecuada y ponerla en marcha. Así conseguiremos aumentar las posibilidades de un buen resultado.

Si te han diagnosticado una lesión del ligamento cruzado posterior y el mecanismo ha sido un giro, deberías sospechar que probablemente haya algo más. Recuerda que las lesiones completas aisladas solo son un 25% de los casos.

Si tienes una rotura parcial importante o una rotura completa (aún más si tienes una lesión multiligamentaria), te recomiendo utilizar la rodillera que hemos comentado anteriormente.

Como siempre, un programa de recuperación específico y guiado es clave para que el resultado sea bueno.

Se constante, la recuperación habitual de estas lesiones va entre los 4 y los 12 meses en función del grado de lesión.

Tu esfuerzo y compromiso en la recuperación siempre merecerá la pena.

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